Aunque duele algunos lo hacen con determinación. Otros finalmente con la sabiduría de la aceptación.
Aunque no lo puedan comprender algunos lo hacen con la inteligencia del que siempre cae bien parado.
Están los que tienen el impulso de crear color y belleza para ese final. Los que tratan de comprenderlo todo.
Los que lo viven como la aventura de dar el salto al vacío. Y hasta los que lo quieren organizar hasta el último detalle.
Pero como sea, un día llega el momento impostergable en el que todo lo construido se transformará en condena si no lo soltamos.
El paso a punto de dar dejará atrás todo lo que fue necesario para llegar hasta aquí. Hasta aquí, pero no más. Si nos resistimos seremos arrasados por la fuerza de la consciencia que “vio” y que ya no puede dejar de ver. “La fuerza de la idea a la que le ha llegado su momento…” ¿Podemos ganarle a la muerte? Sí, pero sin resistirla.
Cuesta soportar el dolor de la revelación cuando se presenta, porque no nos entrenamos para percibir en qué momento comenzó ese cambio de ciclo, ese instante en el que una relación, un trabajo, una idea, un lugar, o todo junto, comenzaba inevitablemente a dejar de cumplir su función.
Perdimos el timming, un sensor nos falló y no pudimos hacer el espacio interno para encarar lo que siendo honestos, ya hacía tiempo se venía insinuando.
Nos puede parecer increíble que lo que hasta ayer aparentaba tan real hoy ya no se pueda sostener. Nos construyó, nos trajo hasta aquí, pero ya no nos sirve para seguir adelante. Quisiéramos que sí, pero no. Morir al intento de querer llevar con nosotros lo que nos impediría continuar.
Porque no podemos ir hacia lo nuevo lleno de lo viejo. Porque la vida nace del vacío y cuando estamos llenos, nos alejamos de la vida…
Ha llegado el momento de agradecer y despedirse .Y si trascendemos los lamentos, los rechazos, estaremos livianos para seguir adelante.
Sólo nos podremos sostener en el llamado interior que se presiente verdadero.
Y en la esperanza de ser testimonios vivos de la renovación de la vida.
Alexis G.Ansaldo (Almamater)
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