Antes de dar un paso con el pie, lo damos con la consciencia.

 

Los pasos en la consciencia son lentos. Con el pie son rápidos.

 

Pero en verdad no son “pasos”. Son inercia.

 

Y a veces los damos con el pie para no darlos con la consciencia.

 

Porque lo lento nos incomoda.

 

Lo rápido nos da la ilusión de que estamos avanzando.

 

Un paso en la consciencia es ritmo.

 

Y la felicidad es una cuestión de ritmo.

 

Ritmo interno.

 

El ritmo nos lleva a percibir ciclos.

 

Que ordenan todo en la naturaleza.

 

Incluyendo nuestra vida.

 

La felicidad es una cuestión de orden.

 

Orden interno.

 

Que empieza en la consciencia.

 

Donde curiosamente no existe el tiempo, pero se gesta el ritmo.

 

 

 

Alexis G.Ansaldo
El alma importa

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