Hasta un instante antes parecía que era controlable.
Pero llega el momento, y una vez más…
Lo confirmamos cientos de veces y sin embargo parece mentira que necesitemos una fuerza casi titánica para detenernos ante lo que no queremos, antes que se transforme en inevitable, una vez más…
Fuerza titánica a la inversa.
La de no hacer.
Frenar el impulso instinto.
Para no hacer, tuvimos que haber hecho miles de veces.
Pero ahora lo ves, qué despertar!
Ya no te arrastra.
Te ves.
Sostenes el timón.
Y la corriente pasa.
Lo que aparentaba eterno, termina.
Comienza la libertad.
Alexis G.Ansaldo
El alma importa