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    No soy mis emociones

    Para evitar ser arrastrados hacia un conflicto que podríamos haber evitado es necesaria la distancia emocional. La que nos permite desidentificarnos de una relación, sentimiento, emoción.

    No significa que lo suprimamos, eliminemos, ni nada por el estilo, sólo que no nos “identificamos” con lo que estamos “sintiendo”.

    ¡Tenemos emociones por no somos emociones!

    Si nos desidentificamos de nuestras emociones podremos controlarlas. Sino seremos controlados por ellas y podemos llegar a sentir y, por lo tanto, a hacer cualquier cosa, sin saber por qué…

    Aunque los individuos tenemos muy distintos niveles de desarrollo, la humanidad promedio en su conjunto vive en el plano emocional y es por esa razón que en algún punto a todos nos toca.

    Formamos parte de esta humanidad y tenemos que hacer un esfuerzo de atención para observar en qué momento una relación, una situación, nos dispara una emoción y somos tomados por ella.

    Assagioli (Psicólogo y psiquiatra creador de la Psicosíntesis y precursor de la psicología transpersonal ) tenía una máxima en este sentido:

    “Estamos dominados por todo aquello con lo cual nuestro Yo llega a identificarse. Podemos dominar y regular todo aquello de lo cual nos desidentifiquemos”

    Como base de su técnica desarrolló esta idea de la “desidentificación” y enseñaba una meditación específica para que este proceso sea natural, o sea que podamos dirigir estar con nuestra consciencia como observador y mismo ante las peores circunstancias, con neutralidad, decidir de una manera más amplia, eligiendo y dirigiendo nuestra decisión. Eso es consciencia. Lo contrario sería la “inconsciencia”, dejarse arrastrar por las corrientes astrales que llegan y que nos intentan llevar hasta el punto de hacer algo que no queremos…

    San Pablo tenía una frase muy ilustrativa: “No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero.”

    Entonces ¿Cómo desarrollar el músculo de Distancia emocional?
    1- Recordar a cada momento que tengo emociones por no soy mis emociones
    2-Antes de actuar preguntarme ¿Es lo que realmente quiero?

    Las emociones se pueden vivir como la corriente de un río que pasa. Entonces la vemos y la dejamos pasar. A veces seremos arrastrados, pero sabiendo que tenemos un centro y que no somos eso, tendremos a donde regresar…

    Conectaremos con una energía que representa nuestra identidad, que nos permite observar y no cambia, esa es la autoconsciencia.

    Las corrientes emocionales nos llevan a automatismos que repiten viejos patrones, heridas y miedos. El inconsciente busca que aprendamos a “ver” para que se desarme ese circuito repetitivo.

    Una referencia que podemos tomar para saber si estamos logrando distancia emocional es la “proyección” de la acción que estamos por realizar. ¿Nos lleva al pasado o al futuro? Si la dirección nos lleva hacia el pasado significa que aún tenemos que lograr la Distancia emocional. Si nos proyecta hacia el futuro indica que estamos eligiendo con consciencia.

    Aunque el cuerpo emocional no es un buen generador, puede ser un buen transmisor, puede recibir y transmitir impulsos elevados.

    Assagioli tenía claro que la “desidentificación” era sólo el primer paso, la condición previa para ir hacia la fuente espiritual más cercana, el alma. Manteniéndonos en ese lugar de “identificarnos” con ese núcleo de energía más profundo podremos controlar y dirigir las emociones, podemos hasta decidir qué sentir! Tendremos la capacidad de dejar de estar atrapados en las circunstancias externas y en relaciones que no queremos.

    Y tendremos la libertad de elegir con consciencia qué emociones y qué relaciones queremos para ser más nosotros mismos.

    Alexis G.Ansaldo
    Almamater